Los Topos

En estos días he leido (mientras realizo mi recorrido diario en el metro) un libro de Eduardo Liendo llamado Los Topos. Es una novela enmarcada en la época de los 60's, en plena lucha guerrillera por ideales socialistas. Hay muchas ilusiones y decepciones, muchas ganas y muchas deserción. La mitad de la historia transcurre en la cárcel, de donde ellos intenta fugarse a través de la fabricación de túneles. He aquí un fragmento que me ha dejado pensando:



No es una tarea fácil superar las limitaciones del hacinamiento; a muchos nos resulta extremadamente penoso este forzoso renunciamiento a la intimidad. La prisión en grupo violenta uno de los valores espirituales más caros al hombre formado en nuestra cultura: la individualidad, el resguardo del ser íntimo. Sólo en ciertos momentos de reflexiva soledad el hombre se reencuentra con su yo profundo. En la celda colectiva esta necesidad del espíritu y del intelecto se encuentra mutilada. El hombre preso en tales condiciones debe habituarse a ser observado, medido, juzgado por sus compañeros de celda en todos los instantes. Surgen muchas bromas, no sólo en torno a la pesonalidad de cada individuo, sino también a sus características físicas más íntimas, como las proporciones exorbitantes o insignificantes de un pene. (Y a propósito de pene, me acuerdo ahora de aquella vez que Boris necesitaba atención médica y le dijo muy refinadamente a Luben: "Tengo el pene muy irritado", y Luben que tiene casi siempre unas salidas estrafalarias, le gruñó: "¿Tú todavía no sabes que eso se llama güevo? Llama con arrechera al oficial de servicio y dile como un hombre: se me está pudriendo el güevo, lléveme a la enfermería. Hay que aprender a llamar a las cosas por su nombre de pila".)

En la celda colectiva los estados de tristeza, de temor, de nostalgia, de melancolía, que todos tenemos un poco a enmascarar, quedan impúdicamente al descubierto. En la celda no hay truco, con el tiempo no hay truco. La debilidad o la fortaleza queda descubierta. La capacidad mimética del hombre se reduce al mínimo, sobre todo en situaciones críticas. En la celda hay un ojo omnisciente, irritante, omnipresente, que se sienta en todas las camas y en todos los taburetes.



Creo que a mí me costaría muchísimo vivir en una tal condición, aunque a ella no se llega por elección sino por destino. No me imagino sin mi propio espacio íntimo y vital.

Hasta una próxima ocasión.

18 voces:

Anónimo dijo...

Hola Amigui!

Este tyexto qur muestras hoy, me parece muy importante. Porque muchos nos hemos encontrado alguna vez(o gran parte de nuestras vidas) encerrados en "carceles" llamadas, familia, trabajo, escuela, grupo social, o religioso, donde nuestra individualidad, nuestra intimidad, cuantos somos vejados, humillados en público, en estos sagradas cárceles, donde somos "violados" por familiares y personas que representan alguna autoridad para nosotros.......

seguiré pensado en esto....

Aire dijo...

Hola Amigui :o)

Es verdad, aunque jamás he llegado a los extremos que aquí describen (por ejemplo, tener que cagar con alguien al lado simplemente porque estoy esposada junto a esa persona, y no se la libera ni en ese instante). En ese sentido, hay un mínimo de espacio propio que defiendo con uñas, dientes, o lo que tenga a mano...

Desde lo cotidiano, supongo que la individualidad uno la va "conquistando" a medida que crece (el bebé en este sentido no tiene privacidad alguna). Va entre comillas porque a veces nuestra capacidad de defensa, lucha, etc ha sido por una u otra razón parcial o totalmente mutilada, y con ello también la individualidad (la individualidad es siempre una conquista). En ocasiones es el hijo que no puede o le cuesta independizarse de lo familiar (mi caso), pero en otros, este castramiento viene, como bien dices, de la pareja, del trabajo, de la religión, de ese abstracto llamado sociedad, e incluso de uno mismo a través de la mentalidad prejuiciosa.

En fin, quizá sea un tema para charlar un rato largo. O quizás no.


Ya terminé el libro: no es un final de protagonista glorioso que obtiene la implementación de sus ideales, sino de alguien que derrotado, aún los preserva. Y sin embargo, no conduce a nada.

Hay algo que iba a comentar que se me ha perdido en la memoria: será entonces en alguna otra ocasión.

Besos :o)

Anónimo dijo...

Nunca llegará al extremo de la historia que presentas; pero, a mi parecer, cada día se va perdiendo más y más la individualidad; así no se viva dentro de una carcel. Cada vez las personas ocultan más lo que son bajo una imagen social, marca, moda, carné, asociación, creencia, etcétera. Y lo peor no es tan sólo eso: es que les molesta sobremanera y hacen todo por "hundir" a estas personas que, como nosotros, supongo, tenemos una forma de ser propia (o intentamos desarrollarla) y por una u otra razón -aún cuando más nos esforcemos- la dejamos al descubierto y... "pecamos" siempre que estemos frente a autómatas.

Aparte que cada día la sobrepoblación y la "sociedad" parece que va cercenando al hombre y amenazándolo con convertirlo en una masa homogena. En los transportes públicos, en la calle, en los c.c., hasta en los restaurantes (salvo muy pocos) incluso en los mismos cines la intimidad es escasa. Y si se quiere, como dices Mae, independizarte: si no ganas alrededor de 3 millones mensuales y vives en Caracas, por ejemplo, vas a terminar en una habitación con una familia ajena donde la intimidad se pierde igual o peor...

Y así, mientras el hombre lucha por avanzar, el alma sufre y se queda sin aire...


ya, ya... me calmo... que hoy hace un lindo sol y por acá los pajaros pian: no tengo de que quejarme, menos al leer ese relato. Al menos uno siempre puede mover o cambiar su carcel, en el peor de los casos...

Se que ayer tuve un sueño y apareció tu email, de alguna forma (no recuerdo otra cosa del sueño). Es extraño.

Aire dijo...

Gracias por pasar Duilio: mañana o pasado te respondo con más calma :o)

En el sueño, ¿recuerdas algo de lo que decía ese e-mail?

Hasta prontico

Aire

Anónimo dijo...

Sí: que la dueña del email iba a sufrir un grave y extraño accidente mientras lee un comentario de mi parte en su blog...

^_^ Hablando en serio: No. Básicamente tampoco recuerdo nada del sueño; pero si es importante se repetirá: siempre pasa.

Saludos :P

Aire dijo...

Hola Duilio :o)

Yo no sé hasta qué punto mi forma de ser es propia. En cierta forma es rara en el contexto donde estoy, y eso a veces hace pensar que uno es "especial", tanto en el buen como en el mal sentido de la palabra. Pero no por rara necesariamente es auténtica.

Quien está pendiente de la moda expresa una necesidad que quizá sea multifactorial en su origen. Si vivo en un ranchito miserable, con una familia miserable, un sueldo miserable y en general una vida miserable, pero puedo adquirir una ropita de marca que me haga lucir bien, me creo la ilusión de que al fin de cuentas no todo está mal, no todo está perdido, y que en cierta forma tengo valor. Quizá no sea lo ideal, pero de algo tiene que sostenerse un ser humano para seguir adelante, y ese algo a veces es heredado de una cultura. Y actualmente, hay una verdadera cultura de la imagen.

Dar el siguiente paso involucra quizá un norte y una fe en la existencia de algo firme, porque abandonar todo punto de seguridad, genera pánico, como mínimo. Quizá resulte fácil decirle a esa persona "deja de pensar tanto en la moda", pero si no se le brinda adicionalmente un contrapeso de algún tipo, terminará por ser devorada por su propia miseria. De ahí la importancia de la fe, y muchas veces del apoyo.

Hay varias formas de enmascarar esa "huida del ser", por llamarlo de alguna forma. Nietzsche comentaba, en su obra "Más allá del bien y el mal", lo siguiente:

"Lo que es un individuo empieza a quedar al descubierto cuando declina su talento, cuando deja de demostrar lo que sabe hacer. El talento es también un adorno; y un adorno es también una máscara."

Éste es un pensamiento que viene de perlas a este tema en particular y sintetiza muchas cosas. El ser no se define en función de sus acciones.

También entra en este paquete el tema de la toma de decisiones. Pero esto seguirá en otro capítulo, porque ya debo retirarme.

Saludos :o)

Anónimo dijo...

lo del contrapeso es vital, Mae. Tendré que tomarlo en cuenta yo que tanto critico al consumismo, al aparente progreso y todas esas cosas: que puede hacerle contrapeso a eso. Basicamente ahora venia pensando que para que nosotros necesitamos ropas con estampados o marcas, autos con diseños ultramodernos y demás y es básicamente eso: no tener algo más que mostrar. Hace falta, entonces, un crecimiento del alma que derogue al "crecimiento" material (que en cierta forma es un decline que acabará o está acabando con el mismo planeta). ¿Por donde llegó esta converación a esto? No lo sé.

Me voy a pensar que quedaría de mí sin mi talento, que es lo único de lo que presumo y, en apariencia, me hace especial.

Aunque eso también es un tema de analizar: se puede ser poeta sin escribir poesia (es decir, un talento o algo que te marca pero completamente separado de la acción).

y... ¿somos especiales o no, sencillamente por se distintos? Tal vez no. Pero creo que sí lo somos sólo por tomarnos un segundo en hacernos semejante pregunta.

Anónimo dijo...

Amigui tu no tienes mascaras, tu eres oro en persona!fenomenal, mravillosa, excelente........

Anónimo dijo...

me gusta cuando dices que se puede ser poeta sin escribir poesía. asi me siento yo. No siento que tenga mucho talento para escribir poesía, pero cuando leo un poema, cuando contemplo un paisaje, el rostro de mi novio, de un niño, un pájaro,los árboles, cuando escucho y "saboreo" una buena canción o melodia musiacal, eso es sentir la poesía.............

Aire dijo...

Gracias a los dos :o)

Primero voy a terminar con la idea anterior. ¿Has leido Las aventuras de Huckleberry Finn de Mark Twain? Hay una parte en donde este muchacho debe decidir si entregar a Jim (un esclavo) a su antigua dueña, o ayudarlo a escapar. En aquella época histórica, tal hazaña era propia de los malhechores; por tanto, esta decisión involucraba en sí inclinarse ante lo "bueno" o lo "malo". Pero el chico recordó tantas cosas buenas de Jim, y el afecto era tal que decidió muy a propósito irse al infierno. Y se las ingenió para liberarlo.

Aquí hay una verdadera decisión (porque sacude el ser), pero esto no generó en Huck ningún tipo de bienestar: después de todo, había decidido "darle la mano al diablo". Incluso, cuando Tom Sawyer decide ayudarlo para acometer junto a él la empresa "libertadora", Huck se desiluciona profundamente de su amigo: ¿cómo es posible que un chico de bien como Tom pudiera caer tan bajo?. Alcanzar esa "individualidad" (aunque sea momentánea) no siempre es sinónimo de consciencia.

Creo que en cada sociedad y tiempo histórico preserva para sí una forma de moral pervertida que dejamos de ver como tal para entenderla como un "bien" o algo "normal". Fíjate en este diálogo, también de la novela (hablan de un viaje en barco):

>>
- ¿Y dónde encalló?
- No fue la encalladura..., eso no nos hizo perder mucho tiempo. Es que se nos reventó la culata de un cilindro.
- ¡Por el amor de Dios! ¿Hubo heridos?
- No señora. Mató a un negro.
- Pues ha sido una suerte, porque a veces hay heridos (...)

<<

La perversión es obvia en la actualidad: no considerar a un negro como un ser humano. Sin embargo, en aquella época ninguna persona de bien se cuestionaba que algo estuviera equivocado en su moral contemporánea, por mucho que Cristo hubiera dicho "amaos los unos a los otros como yo os he amado" varios siglos atrás. La pregunta actual es ¿qué estamos dejando de ver como sociedad? Muchas cosas están saliendo a la luz, pero otras permanecen oscuras, incluso para el hombre "bueno" (quizá justamente por serlo).


A veces eso de la individualidad se me antoja un poco a mito. ¿En qué momento podemos aislar esa sustancia etérea que es ese "uno mismo" incontaminado del "otro"? Quizá aún en la mentira estamos siendo nosotros mismos.

Pero por supuesto, el planteamiento se entiene: a veces uno se siente francamente asfixiado de vivir entre tantas cosas intrascendentes que no alimentan al alma, o mejor dicho, a nuestra alma. Y llegado a este punto se debe decir "basta", para no morir por inanición espiritual.

La frase de Nietzsche no tiene por qué ser cierta, mas es bastante intersante para pensar. Creo que en este punto tiene bastante razón. A veces nos creemos una sola cosa: padre, científico, amigo, poeta, etcétera, pero esto crea una deformidad en nuestro espíritu quizá igual de grotezca a la de creernos valiosos y únicos en el universo por presentar una nariz chiquita, o unos senos enormes, o incluso peor: que sólo somos esa nariz o esos senos. Una nariz o unos senos sin un cuerpo pierde su gracia (no importa si éste es lindo o es feo: es necesario tener uno), pues bien, de la misma forma la pierde el talento de un hombre sin un "cuerpo espiritual".

Bueno, en fin, mejor lo voy cortando porque me extendí más allá de la cuenta. Espero no haberme excedido.

Saludos y hasta una próxima ocasión :o)

Aire dijo...

¡Me olvidaba!

Dos cosas Mari:

Claro que tengo mis máscaras: yo no me muestro transparente a todo el mundo: eso hay que ganárselo.

Lo otro es sobre la poesía: si hay un alma viva, debe haber algo de poesía en ella :o) ¿Podría ser de otra forma?

Besos

Anónimo dijo...

A propósito de lo "bueno" o los "buenos", alzo la voz para repetir las palabras de Rimbaud:

"soy un animal, un negro. Pero yo puedo ser salvado. Vosotros sois falsos negros, vosotros maniáticos, feroces, avaros. Mercader, tú eres negro; magistrado, tú eres negro..."

quien se reconoce pecador está más cerca de Dios que quien se dice bueno, creyendo tener la verdad.

---

con respecto a la individualidad: hoy le contaba a un amigo que de pequeño (12 años) caminando al colegio, me imaginaba que el mundo se descocia y se tendia un velo negro tras de mi, y se cocia y surgia el mundo delante, a medida que caminaba. Espero que se entienda la idea: el mundo (mi mundo) era este espacio y horizonte que ocupaba y tras de mi no quedaba más que nada (aún cuando fuese 'nada' que pudiese volver a aparecer -a ser mi mundo-). 8 años más tarde leí en 'el hombre y la gente' de ortega y gasset, algo sobre la realidad radical o supuesta, y el horizonte que representaba o delimitaba esa realidad, sobre la cual (tras de si) no quedaba nada mas que una suposicion de realidad. ¿Curioso? Mi reflexión, aunque más infantil y menos elaborada, es la misma que la del filósofo.

Quedaría comprobar lo que se planteaban los filósofos de si nosotros poseemos una consciencia colectiva, que se hereda, o todos poseemos la misma consciencia o estamos conectados a una misma consciencia, etc. O es algo físico que nos hace llegar a pensar y sentir lo mismo, etc.

¿Qué nos hace nosotros mismos? Creo que lo mismo que el físico: aunque dos personas pueden tener el mismo color de piel u ojos o etc: el conjunto completo crea a alguien único.

Por último:

"en mi pecho habitan ¡ay! dos almas, y una pugna por separarse de la otra

escribía Goethe en Fausto: en un par de libros (uno de ellos, el lobo estepario) mencionan que no son sólo dos: son, tal vez, miles de almas.

de nuevo en mi niñez recuerdo el día que casi me suspenden de natación por no querer lanzarme en clavado y luego de lanzarme casi obligado por mi profesor, no encontraban manera de que dejara de caer al agua y subirme al trapolin para volverme a lanzar.

¿cuantas partes de nosotros llegaremos a descubrir en nuestras vidas? ¿descubre más partes quien mas consciencia tiene o quien menos? ¿es mas individual quien descubre mas almas o quien se aferra a una o dos?

no hace falta responder. si la labor mas hermosa del filosofo (yo no lo soy) es dejar preguntas, hacer que las personas reflexionen.

creo que también está bien de mi parte.

pd: no leí el libro, prometo hacerlo si lo consigo.

Aire dijo...

Gracias por tu respuesta.

Por si acaso, me gustaría dejar una aclaratoria: cuando hablaba sobre gente "buena", me refería a los más piadosos humildes de la época. Es decir, personas con un gran corazón, que no le hacían mal a nadie, se prestaban a ayudar a quien lo necesitara y cosas equivalentes. Estas personas no alejarían un niño de su madre, aunque ambos fueran esclavos y necesitaran el dinero de la venta. Pero aún así su "empatía" no llegaba a descubrir que la esclavitud misma es un agente corruptor.

En cada sociedad hay un algo corrupto que a pesar de estar en frente de nuestras propias narices, no vemos.

Saludos

Anónimo dijo...

Ah ok. Mal entendí lo que querías decir. Creo que tanto trabajo consume incluso las fuerzas que deberían quedar sólo para lo humano. Pero una chispa humana siempre queda.

Supongo que en cualquier sociedad que estemos, siempre podremos esforzarnos por ver qué está mal, incluso antes que se descubra "globalmente". Pero igual que el contrapeso, hay que esforzarse en descubrirlo; y después...

Anónimo dijo...

uaaao! este "creyon" se le ha sacado muhca punta, espero que siga asi. Tu te preguntas mucho sobre la conciencia, pero yo me rpegunto sobre la incosnciencia, ese mundo de lo irracional, de lo emocional, de lo isntintivo e intituitivo que habiota en todos nosotros, pero es poco expllorado (la verdad es bien difícil enfrentarse a uno mismo, bajar a esas profundidades).......

Aire dijo...

Duilio: Creo que sólo a veces puede apreciarse qué está "mal", en otras no (ni siquiera por aquéllos de visión más aguda).

Mari: ¿y hacia dónde se orientan esas preguntas?

Saludos :o)

Anónimo dijo...

Hola Amigui! me refería más que todod a lo que espresaba Duilio sobre la consciencia...

Aire dijo...

Qué cómico loki, nos estamos pisando los talones :o)

Un beso amigui.

Comuníquese: ¡Hágase sentir!

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