Recomendando: El hombre en busca de sentido

He leído el famoso libro de Viktor Frankl llamado El hombre en busca del sentido. Me había sido recomendado hace tiempo por un viejo amigo porque en aquella época estaba inundada de preguntas existenciales. Ocho años después sigo con las mismas dudas, si bien con una experiencia mayor.

El hombre en busca de sentido fue escrito por un psiquiatra judío que vivió en carne propia la vida dentro de un campo de concentración nazi. En esta autobiografía, devela con historias aquello que permite al hombre mantenerse en pie o al menos vivir dignamente. El sufrimiento quizá sea terrible e irremediable, pero darle una razón de ser al mismo le quita su aguijón más ponzoñoso: la falta de sentido.

Supongo que a cada persona le dirá algo distinto, porque cada quien sentirá eco por algún aspecto diferente de esta historia. Particularmente, se me viene la imagen de esas condiciones precarias y mi propia vida. Tengo problemas, como todos, pero son risibles en comparación con el grado de degradación moral, psíquica, física, etc. que sufrieron estas personas bajo aquellas condiciones. Me veo en aquella situación y se me antoja pensar que terminaría por ser despedazada en varias partes. Por otra parte, a veces me pregunto también cuál es mi valor de compromiso hacia los otros, cuál es mi grado de humanidad.

No conozco a nadie que no se sienta mutilado al menos en algún aspecto de su vida, o en algún área de su personalidad o de su físico. Pero hay quienes tienen tendencias más depresivas que otros y se dejan abatir por lo que no tienen. Yo en cierta forma soy así, y aunque resulte vital e importante para sobreponerse fijarse en aquellas cosas que uno realmente posee como cualidades, bienes, etc., a veces no basta. Supongo que el paso más difícil es bendecir aquello que justamente nos genera mal, ser amigo de mi parte manca, o de mi deformidad. Entonces uno recuerda a personas como Nietzsche (alguien polémico pero con algunas ideas o vivencias bastante geniales). En su libro Más allá del bien y del mal, decía "Las grandes épocas de nuestra vida son aquellas en que nos armamos de valor y rebautizamos el mal que hay en nosotros llamándolo nuestro mejor bien". Nunca lo he vivido de esa forma, pero se siente en esto una gran verdad.

Bueno, he permanecido demasiado tiempo en este post. Quizá desee explayarme más en otro momento.

Saludos