Sueño: volviendo ceniza

Pasé de una etapa con unos sueños preciosos, a otra que no me gusta nadita nadita. Aquí va el último, recién cosechado:

Estaba con mis padres caminando desde no recuerdo qué parte de Los Teques en dirección a Laguneta de la Montaña, donde está un negocio familar cerrado. Este negocio queda arriba de la cadena montañosa. Íbamos caminando (en vez de ir en autobús) pero nos detuvimos en la casa de unos tíos maternos. Antes de llegar a allá, logramos ver unas personas extrañas y entendí que eran enemigos o algo así. Por el camino vi unos fragmentos de cuerda, y supe que me serían útiles en un futuro. Como aquellas cosas podían alcanzarnos, apresuramos el paso lo más que pudimos, y llegamos extenuados.

Allá nos detuvimos para descansar, pero sin embargo no nos dejaron entrar a la casa: había un motivo temporal, pero ahora no lo recuerdo. Aquellos seres se fueron congregando; supimos entonces que en cualquier momentos nos iban a atacar. Pensé en llamar a Pipo, Jerónimo, ¡alguien! Pero creo que por alguna razón la comunicación no se dio. Se iniciaron entonces los secuestros (¿asesinatos?) en la casa de al lado: sin más la casa de los tíos maternos estaba invadida de estas "personas" extrañas. Se acercaron a mí con agresividad, pero al tocarlos con la cuerda y decir esa especie de conjuro "Por nuestro Padre y señor Jesús Cristo: ¡vuélvete mierda!", éste se reducía a cenizas. Esto pasó con todos estos seres que así los tocaba, pero en el grupo había unos maleantes "humanos": el efecto en ellos era nulo (serían algo así como mercenarios). Sin embargo, tenía fuerza como para lanzarlos fuera de la casa y así lo hice.

Salí corriendo con todas mis fuerzas, porque sabía que en cualquier instante los demás me darían alcance. Sin saber la transición, llegué al cuarto de mis padres, cuyas paredes ondulaban de una forma tenue, irreal. Repetí el contra (por llamarlo de alguna manera), pero en vez de transformarse en ceniza, éste se terminó de solidificar. Estaba en mi casa.

Salí de allí lentamente, con el corazón palpitando. Salí en dirección a la puerta: era de noche, había pocas luces encendidas (sólo afuera, creo, con el árbol de Navidad). Mientras me dirigía a la puerta principal, pude verme como en un espejo: estaba en una especie de hábito o algo así, pero era raro porque me cubría el cuello y tenía una gorra que terminaba en punta (parecía una arzobispa o algo así). Al menos el gorro de mi traje, estaba hecho con una tela que me recuerda a los forros que me hizo mi madre para la computadora. Atravesé esa imagen-espejo de alguna forma, y me dirigí a la sala de afuera de la casa.



Despierta, me resulta obvio que el conjuro me hizo mal, no bien.

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