Comentario fugaz

Estoy un poco sola, pero no me molesta del todo.

Gracias al Metro, he logrado re-activar mi lectura. En estos momentos sigo con Robinson Crusoe, de Daniel Defoe. No es un libro en el que me detendré a comentar (prefiero guardar este vivir isleño para mí), pero sí deseo extraer una frase pequeña, entre miles, que me ha hecho pensar un poco. Esto es: el hambre puede amansar a un león. Hablaba de cómo logró domesticar a unas cabras salvajes en su pequeña isla. Entonces, no es difícil saltar a una generalización más amplia y preguntarnos hasta qué punto nos hemos dejado "domesticar" por nuestra hambre de cariño, de conocimiento, de brillo, de ser.

2 voces:

Anónimo dijo...

amigui me llama la atención que el hambre amanse a los leones, yo considero que más bin el hambre los pone más fieros, más salvajes.. explícame cómo el hambre puede amansar a alguine?

besitos

Mariana

Aire dijo...

Hola amigui :)

Según Robinson Crussoe, después de muchos días de pasar hambre, el animal, quizá justamente por estar muy débil y necesitado, se vuelve muy dócil para conseguir comida. No estoy segura que siempre ocurra así: después de todo, eso de "morder la mano de quien te alimenta" viene quizá de los desesperados. Pero llama, de cualquier forma, la atención porque puede expandirse a otras formas de hambre.

En fin, no he intentado domesticar leones, así que no me consta...

Besitos.

Comuníquese: ¡Hágase sentir!

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