Esta actriz de Hollywood trae algunas sorpresas. A continuación les voy a copiar un artículo de Roberto Palmitesta sobre esta mujer, que no deja de sorprenderme. Saludos.
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Luego de ser una pionera del cine erótico y triunfar en Hollywood, la hermosa actriz Hedy Lamarr patentó un sistema radial que revolucionó luego as comunicaciones inalámbricas.
Por RPD
El nombre de Hedy Lamarr quizás no le diga nada a los cinéfilos del último medio siglo, ya que fue una actriz activa entre los años 30 a los 50, pero –además de ser una de las artistas más hermosas del cine-, la artista austriaca tuvo una inusitada carrera como inventora, ya que diseñó un sistema que es la base de las comunicaciones inalámbricas de hoy día, incluyendo los celulares y el nuevo sistema “Wi-Fi” de Internet. El insólito hecho fue resaltado hace poco en un homenaje que le hiciera el Eurochannel, que transmitió un reportaje de una hora sobre la sorprendente vida de la actriz.
Aunque parezca increíble, a fines de los años 30 -en el cenit de su carrera artística- Lamarr introdujo su novedosa idea en la oficina de patentes de EE.UU, adjudicándosele luego la Nº 2292387 fechada 11 de agosto 1942. Ciertamente, no lo hizo sola pues contó con la ayuda de un compositor y radioaficionado llamado George Antheil, aunque ella había aprendido algo de comunicaciones durante su primer matrimonio con un industrial alemán y siempre fue aficionada a la física y las ondas hertzianas. El adelanto sería aprovechado mucho después por la marina para ayudar a dirigir los torpedos y evitar su intercepción, pero empezó a aplicarse apenas en 1962, en el bloqueo de Cuba durante la crisis de los misiles.
Un reconocimiento tardío
El revolucionario principio que ella introdujo, el de “salto entre frecuencias” para encontrar la seleccionada, se aplica extensamente desde fines de los años 80 en las comunicaciones radiales, incluyendo la telefonía móvil. Pero, habiéndose vencido la validez de la patente hace mucho tiempo, Lamarr y su co-inventor no recibieron ningún dinero por el mismo, siendo ahora parte de la tecnología de conocimiento público, e incluso aparece en los libros de texto. Sin embargo a Lamarr y su socio le caben el mérito de haber descubierto el novedoso principio y haberlo descrito en la patente, guiando así el trabajo de futuros técnicos que desarrollaron el sistema moderno.
Uno de los hijos de Lamarr dijo que si se hubiera aplicado antes su invento y le hubieran pagado regalías por las ganancias que generó el mismo, su madre sería la mujer más rica del mundo. Tardíamente, su contribución a la ciencia le fue reconocida por la Fundación Frontera Electrónica en 1997, y tres años después de su muerte la empresa Boeing –que aplica el invento en sus aviones-. le hizo en 2003 un homenaje público elogiándola como una “notable mujer de ciencia”.
De Alemania a Hollywood
Sus películas no son muy conocidas actualmente, ya que hizo mayormente dramas y comedias en blanco y negro, bastante populares en su época pero vistas ahora sólo en cinematecas y a través de canales satelitales con cintas clásicas. Quizás la más conocida fue una espectacular producción del célebre Cecil B. de Mille, autor de superproducciones como “Los diez mandamientos” y numerosos dramas bíblicos desde tiempos del cine silente. De Mille selección a Lamarr en 1948 para el papel protagónico de “Sansón y Dalila”, y a Hedy se le recuerda mayormente como la vampiresa que causó la debacle del forzudo Sansón, encarnado por Víctor Mature.
Lamarr realizó apenas dos docenas de películas en Hollywood, trabajando desde 1938 con galanes famosos como Robert Taylor, John Garfield y Spencer Tracy. Hizo su último filme en 1958, titulado “El animal hembra” y desde entonces se mantuvo alejada de las cámaras, aún siendo relativamente joven -45 primaveras- y todavía muy hermosa. Al igual que Greta Garbo, prefirió que su leyenda perdurara con una imagen juvenil, sin notarse todavía los embates del tiempo. Y, como la Garbo, Lamarr procedía de Europa, habiendo nacido en Austria y huido en 1938 del acoso del nazismo por su origen judío. Se había casado muy joven con un magnate alemán, al que abandonó cuando éste se compenetró con el nazismo, a pesar de que él también tenía descendencia judía, que ocultó hábilmente convirtiéndose al cristianismo.
Un clásico del cine erótico
La actriz se dio a conocer primero en el cine alemán como Hedy Kiesler y luego incursionó en el checo, al hacer en 1933 una película que causó mucho revuelo, “Extasis”, donde interpretaba a una esposa insatisfecha que se baña desnuda en un lago y luego es seducida por un hombre que descubrió su indiscreción y la persiguió por el bosque. La revolucionaria película, con uno de los primeros desnudos totales del cine serio, fue vista por el magnate Louis B. Mayer, quien –impresionado por su exótica belleza- la contrató para la MGM y le cambió el nombre a Hedy Lamarr. Ella se casó y divorcio seis veces, y tuvo varios hijos, adquiriendo la ciudadanía estadounidense en 1953. Aunque siempre decía que no le gustaría residir mucho tiempo en EE.UU., por sus prejuicios y xenofobia, vivió el resto de su vida –sola y en relativo anonimato- en una modesta casa en Orlando, Florida. Un final extraño para quien fuera una de las actrices mejor cotizadas de Hollywood…y una pionera del cine erótico.
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